La potencia sin control no sirve de nada

Es uno de los errores comunes cuando empezamos a jugar a pádel, y es que la potencia sin control no sirve de nada. Hoy analizamos como podemos corregirlo.

¿Cuántas veces has escuchado esta frase en el mundo del pádel? Es uno de los preceptos básicos de este juego, además de uno de los errores en los que se suele caer en nuestros inicios como jugadores de pádel. Su origen es variado: ya sea por obsesionarnos con traer la bola a nuestro campo mediante un fuerte remate ante un globo mal tirado o por la compra de una pala que nos de la potencia que necesitamos, pero que nos quite otros aspectos más importantes del juego. Analicemos estos errores y cómo puedes encontrar el punto medio entre potencia y control.

Análisis como jugador

Tener potencia en nuestros remates no es, ni mucho menos, algo a evitar sino todo lo contrario. Es una característica que nos hace mejores jugadores siempre y cuando sepamos cuándo y cómo utilizarla. Cuando jugamos nuestros primeros partidos queremos rematarla con tanta fuerza que la mayoría de golpeos son ineficaces, por lo que pasamos al control de la bola.

Debe ser justo al contrario. En primer lugar, tienes que aprender a colocar la pelota donde quieres y después, dotar al movimiento de potencia cuando la situación lo requiera. Cuando vayas avanzando como jugador te sentirás más cómodo con el control o con la potencia.

Una vez tengas la capacidad de decidir (todo se aprende con constancia y sacrificio) ya podrás definirte como un jugador de control, experto en la colocación de bolas imposibles con dobles paredes, o como un jugador de potencia, a quién no se le debe lanzar nunca un globo porque es “punto seguro” en beneficio tuyo. Si logras el equilibrio intermedio entre estos dos tipos de jugadores, estarás más cerca de tener éxito en la mayoría de tus partidos.

Tipo de pala

No solo tu estilo de juego te hará ser un jugador de control o de potencia, también el tipo de pala determinará en buena medida tus golpeos. La amplia variedad de palas de pádel hace que nos sea difícil encontrar la idónea para nosotros. Si aún no tienes claro qué tipo de jugador eres te aconsejamos que elijas una pala de control, ya que algunas tienen una potencia óptima según sus características técnicas.

Si acabas decidiéndote por un tipo de juego más fuerte (el control también deberás trabajarlo), es el momento de tirar de potencia siempre y cuando sigas el siguiente consejo a rajatabla con tu compañero.

Habla con tu pareja de pádel

Cobertura del compañero

Finalmente has decidido invertir en una pala de potencia, y eres capaz de defenderte en la pista ante bolas que requieran una fuerte respuesta con control y potencia. Debes coordinarte con tu compañero para que él cubra las carencias que tú manifiestas, y viceversa.

No es recomendable que ambos miembros de la pareja trabajen el mismo estilo de juego ya que puede verse descompensado de cara a los rivales y éstos sepan cómo aprovecharse de la situación.

Preparación física

Por otro lado la preparación física debe ser distinta para jugadores de control versus jugadores de potencia. Con esto no quiero decir que se deba trabajar únicamente las aptitudes que requieren cada uno según su estilo de juego (fuerza explosiva para el de potencia y cambios rápidos de dirección para el de control, por ejemplo).

Precisamente uno de los objetivos de la preparación física es disminuir los desequilibrios que resultan de un estilo de juego único. Por lo tanto, además de potenciar sus capacidades, también se deben suplir las carencias con ejercicios contrarios a tu estilo de juego más habitual. Así lograremos un equilibrio perfecto entre ambos tipos de jugadores, ya que recordad que la potencia sin control no sirve de nada (y viceversa).