La pareja en el pádel se parece a un matrimonio; por tanto, resulta fundamental, ante todo, la comunicación. Si no existe, tarde o temprano, terminará en fracaso. El juego debe seguir una cadencia, un ritmo y, para ello, los dos individuos que forman el equipo han de encontrarse en sintonía. A veces pueden surgir crisis en mitad de un partido; ante estas, se debe mantener la calma y regirse por el fairplay. Algunos de los consejos principales serían los siguientes:
Ante todo, prima el trato.
La positividad y el compañerismo deben ser rasgos fundamentales; eso hará que la relación fluya y que cada uno de los juegos se desarrolle con precisión. Por tanto, se deben evitar las críticas que puedan dañar al compañero durante el partido; al contrario, se deben celebrar sus aciertos y, sobre todo, animar su actitud de ganar, la preparación mental es necesaria para el éxito del jugador. No hay que olvidar que el pádel es diversión. Cuando el otro falle una bola, no se le debe recriminar; ni siquiera merece la pena pensar en ella, sino que se debe seguir jugando. Cada persona es diferente y debe recibir un trato distinto en función de su propia personalidad. En consecuencia, resulta vital conocer a fondo a la pareja y adaptarse por completo a ella.
Cuidado con el lenguaje corporal
Se debe saber qué hechos pueden llegar a enfadar a la pareja para así minimizar el efecto de posibles gestos que le molesten; el lenguaje corporal mejora la conjunción en el partido o desestabiliza. De aquí que la comunicación no verbal sea igual de fundamental que la verbal.
Un táctica prevía, consolidará nuestro juego
Se ha de llegar al campo con las ideas muy claras en cuanto al papel de cada uno en el partido: quién jugará atrás o delante en cada momento o quién se encargará de las bolas del medio. Para ello, se debe mantener la concentración en toda ocasión para que la coordinación no se pierda en ningún momento.
Estudia a tus rivales
Antes de llegar a la pista, también resulta importante comentar los detalles entre ambos compañeros acerca de la pareja rival. Por eso, resulta recomendable ir con antelación a la pista, con tiempo suficiente para ver a los contrincantes, saludarlos y estudiarlos con disimulo, además de hacer un calentamiento previo de cierta intensidad para entrar «enchufados a la pista«. Una vez haya empezado el juego, se debe ir calibrando cómo se está produciendo el juego, para cambiar la estrategia si resultara necesario pero siempre en coordinación con el compañero.
Después del partido analiza
Por último, al terminar el partido, se debe realizar un análisis detallado del partido: los aciertos, los errores, el éxito o el fracaso de las estrategias, etc., para poder mejorar el juego en un próximo partido. Y es aquí donde se debe evitar siempre que el conflicto se lleve al terreno personal pues, en definitiva, solo se trata de un juego.
Estamos seguros que con estos pocos consejos, la compenetración con tu pareja mejorará de manera considerable, es primordial tener un buena relación con ella, al fin y al cabo al pádel se va jugar para disfrutar.