Claves para afrontar momentos de presión

En el pádel, la presión puede jugar una mala pasada. Por este motivo, resulta imprescindible aprender a controlar la tensión y los nervios, para no perjudicar el juego, os contamos las claves para ofrontar los momentos de presión.

En el pádel, la presión puede jugar una mala pasada. Por este motivo, resulta imprescindible aprender a controlar la tensión y los nervios, para no perjudicar el juego, os contamos las claves para ofrontar los momentos de presión. Contar con un cierto grado de nerviosismo siempre favorece una buena actuación, pero hay que saber encontrar el equilibrio entre esto y quedar superado por la presión.

En este sentido, un problema muy común son las distracciones, consiguen que el jugador olvide su plan de juego. Es posible que se despiste también en su colocación, que pierda el ritmo y la fluidez y se vuelva tenso y estresado, en definitiva que se le encoja el brazo. Aún así, un grado adecuado de nerviosismo produce una adrenalina que, luego, si se sabe manejar, se canaliza en una buena actuación.

El principal peligro que puede surgir en una situación de tensión es que el jugador pierda la concentración, se le acelere el corazón, le empiecen a sudar las manos y, al final, se sienta incapaz de mantener el control del juego. En este caso, lo ideal es enfocar la mente en el juego, pensar únicamente en el golpe que se va a ejecutar y atender siempre a la estrategia y rutina adquiridas.

Fernando Belasteguin y Willy Lahoz concentrados en el partido
Fernando Belasteguin y Willy Lahoz concentrados en el partido

 

Existen algunos consejos que pueden evitar que la presión domine el juego:

  • Es necesario evitar los pensamientos mecanicistas. Hay que estar suelto y libre, solamente centrado en el siguiente golpe y sin pensar en cómo hay que sujetar la pala o el ritmo a seguir. Solo, así, los golpes saldrán solos.
  • Centrarse en el presente. No hay que distraerse calculando qué ocurrirá durante la siguiente ronda, si se cuenta con un marcador favorable; ni en lo bien que juega el oponente o en que se va a perder, si es desfavorable.
  • Rutina y plan de juego. Lo más importante es limitarse a seguir la estrategia de juego previamente marcada. No es bueno arriesgar más, si se va perdiendo, ni tampoco cambiar las tácticas a mitad de partido.
  • Si existe alguna dificultad y el partido se suspende, es recomendable distanciarse del pádel y la competición. Escuchar música o leer un libro son dos formas saludables de cambiar de aires y dejar a un lado el juego por una temporada, por lo menos hasta que tengamos la seguridad suficiente y volvamos a disfrutar jugando.

Las presiones pueden llegar a poner al límite al jugador y sus capacidades y, precisamente, este es uno de los motivos por los que muchos se enganchan a la competición. Por ello, hay que aprender a sacar partido a esta presión y no desmoronarse con ella.

Ante todo, el jugador debe darse cuenta de sus problemas y cómo resolverlos. Buscar una actitud positiva, estimular el cuerpo con saltos, mantener la bola en juego o una correcta respiración, ayudan a gestionar la tensión.

Un entrenamiento mental adecuado estimulará al jugador para que sólo se centre en lo que realmente importa, ganar el partido minuto a minuto, el presente y tu juego te harán ganar.

Imagen principal:Andres Nieto Porras