El deporte, al igual que otros sectores, también se ha caracterizado a lo largo de su historia por las distintas tendencias que oscilan en función de la práctica deportiva de la población: atletismo, fútbol, baloncesto, tenis, running… El pádel ha crecido mucho en número de adeptos cada año que pasa, de hecho, se ha hecho un hueco bastante importante entre las actividades físicas más desarrolladas por la población.
Paralelamente las marcas deportivas han ido creciendo a ese ritmo, e incluso a un ritmo superior, con tal de competir en el difícil mercado del textil y material deportivo en el mundo del pádel. Dicha competencia puede ser buena o mala, según cómo sepamos gestionarla como usuarios del pádel.
Competencia fuera de la pista de pádel
Un ejemplo muy claro, y de gran similitud al pádel, lo encontramos en el boom del running que se ha producido en la última década: un sinfín de nuevas marcas de zapatillas, nuevas tecnologías incorporadas, tendencias… que compiten por liderar el ranking de ventas en los comercios y en el mercado del deporte en general.
Ante la avalancha de información todo el mundo del running, sobre todo los más novatos, se plantea la misma pregunta: ¿qué zapatillas son las mejores? Por suerte, tenemos blogs y vídeos de referencia en los que encontrar información y opiniones diversas de padel que pueden ayudarnos en la elección de nuestra equipación para jugar a este deporte.
En el pádel sucede lo mismo con las palas puesto que cada día aparecen marcas novedosas o tecnologías patentadas que pretenden revolucionar la industria del sector que está en auge. Ante esa misma pregunta aplicada al pádel (¿qué pala es la mejor?) debemos superar las influencias comerciales de las marcas para saber responder que no existe “la mejor pala” o “la mejor zapatilla para las pistas”, sino que cada uno ajustará su elección al tipo de juego que desarrolle. No siempre pagar más equivale a invertir mejor.
De hecho, la competencia entre las diversas y múltiples marcas que lideran el mercado provoca que entre ellas desprestigien a la contraria alegando una menor calidad o un inferior rendimiento. Ante este hecho como jugadores de pádel debemos alejarnos de dichas influencias para elegir en función de nuestro estilo de juego.
La competencia en el deporte no es mala
Una vez expuesta la parte menos buena de la competencia en la industria del deporte en general y del pádel en particular, cabe remarcar la parte positiva de ello. En el pádel la competencia entre jugadores nos hace mejorar cada día, con nuevos retos y enfrentándonos a partidas cada vez más difíciles en cuanto a exigencia se refiere. Lo mismo sucede con las palas, el textil o el calzado deportivo en el pádel.
Las numerosas marcas pretenden hacerse un hueco entre los usuarios con nuevas tecnologías implantadas en las palas o pequeñas y grandes mejoras en el resto de herramientas que envuelven al mundo del pádel. Estas mejoras hacen crecer al deporte y lo sitúan a la cabeza de las actividades practicadas por la población. Sin duda un revulsivo para nuestro juego siempre y cuando sepamos utilizarlo correctamente.
Competencia para mejorar productos y personas
En definitiva, competir tanto dentro como fuera del deporte siempre y cuando sea con deportividad y buenas prácticas e intenciones, puede ayudarnos a mejorar nuestro estilo de juego y también nuestra estrategia y mente. Respecto a las marcas deportivas, si la competencia también es lógica, puede conseguir que nosotros como usuarios tengamos mucha más variedad de material para pádel donde elegir y sobre todo como comentábamos antes, consiguen evolucionar a este deporte que tanto nos gusta. Y vosotros, ¿creéis que la competencia es buena?