El poder del autocontrol, coaching para pádel

El factor psicológico está adquiriendo cada vez más importancia en el pádel. Lo saben los jugadores y por eso es bastante habitual en los niveles de competición contratar a un coach deportivo para aprender a ganar y a gestionar positivamente las derrotas.

El factor psicológico está adquiriendo cada vez más importancia en el pádel. Lo saben los jugadores y por eso es bastante habitual en los niveles de competición contratar a un coach deportivo para aprender a ganar y a gestionar positivamente las derrotas.

Este es un deporte de pareja, lo que significa que, además de enfrentarse técnica, física y mentalmente a un rival, cuenta con el añadido especial de que resulta clave entenderse muy bien con el compañero. Algunos lo comparan, de hecho, con un matrimonio: si no existe comunicación y comprensión, la relación no fructifica o el partido no se gana.

Y esta relación cuasi conyugal se nota sobre todo en los partidos donde el rival se muestra superior, algo que tarde o temprano ocurre en la vida de cualquier deportista. La preparación mental resulta clave en estos encuentros que, por otra parte, constituyen un acto de superación y justifican tantas horas de entrenamiento y esfuerzo.

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A priori, los jugadores suelen amedrentarse un poco ante una pareja favorita, con lo que suelen pensar que seguramente los eliminen a las primeras de cambio. Pero esa idea se puede alterar y darle la vuelta; ahí entra en escena un buen trabajo de coaching. Todo el mundo conoce o ha visto en más de una ocasión cómo los modestos superan a los grandes y la clave de esos encuentros se fundamenta en la predisposición mental.

Por eso, el primer consejo que habría que tener en cuenta en tales coyunturas es no dejarse impresionar por los números o por la fama.

Cada partido es único y las circunstancias también

Otro consejo para evitar el desánimo consiste en creer firmemente que cualquiera puede ganar a cualquier otro contrincante. Y algo que ayuda a mantener la fe lo constituye el recordar partidos reales en los que una pareja inferior se ha impuesto a la superior.

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Cuando el partido se ponga con el marcador en contra, hay que pensar a largo plazo y no centrarse en el resultado del momento porque los partidos se alargan considerablemente. Se puede remontar, siendo fuerte de cabeza; se puede dar la vuelta a un partido, punto por punto. Incluso los mejores pasan por momentos irregulares, por lo que se debe saber aprovecharlos.

Muchas veces los partidos se definen por detalles y los que ganan siempre lo hacen porque saben manejarlos; a veces no son otros que mostrarle al adversario la inquebrantable determinación de triunfar. Si un jugador aprende también a transmitir esa firme convicción en sus posibilidades, el nivel de juego se iguala considerablemente.

Pero, si a pesar de todo la superioridad de los rivales se termina imponiendo, lo único que resta es disfrutar, aprender e intentar conseguir algún buen punto.