Entrenamientos con propiocepción aplicado al pádel

La propiocepción es la gran olvidada en muchos casos y, sin embargo, es de vital importancia tanto para el rendimiento como para la salud articular de cualquier deportista. Es por ello que hoy os introduciremos un poco más en este tipo de trabajo que podrás incorporar a tu siguiente sesión de entrenamiento.

Siempre hemos insistido en la necesidad de una correcta preparación física específica para mejorar el rendimiento deportivo en la disciplina que se practique, en este caso el pádel. Al tratarse de una modalidad donde intervienen múltiples aptitudes físicas, se hace necesario un entrenamiento minucioso donde reforzar todas  las condiciones necesarias que nos hagan ser un magnífico jugador de pádel.

La propiocepción es la gran olvidada en estos casos y, sin embargo, es de vital importancia tanto para el rendimiento como para la salud articular de cualquier deportista. Es por ello que hoy os introduciremos un poco más en este tipo de trabajo que podrás incorporar a tu siguiente sesión de entrenamiento.

https://www.youtube.com/watch?v=9ZgA8-8pYXs

Qué es la propiocepción

Aunque existen diversas definiciones aportadas por múltiples autores según a la condición que se refieran, la propiocepción se muestra como la capacidad de mantener la estabilidad articular en diferentes condiciones dinámicas o estáticas, así como el poder situar a los distintos puntos articulares en el espacio.

Dicho en otras palabras se trata de la capacidad de posicionar la articulación correctamente ante situaciones comunes a los gestos deportivos (por ejemplo la caída de un salto tras rematar) o ante desequilibrios que requieren una rápida estabilización (por ejemplo, una torcedura de tobillo).

En definitiva se trata de una capacidad de control motor entrenable que utilizamos en constantes ocasiones. Con el trabajo paralelo de fortalecimiento se incrementarán las respuestas neurales que reforzarán dicha aptitud y protegerán a las articulaciones de posibles lesiones típicas del deporte.

Entrenar la propiocepción

Puesto que deseamos trabajar esta capacidad deberemos someter a nuestro sistema muscular a situaciones de constantes desequilibrios que «estresen» a los sistemas involucrados en la propiocepción. ¿Cómo lo conseguimos? Con materiales que ofrezcan esta propiedad, tales como la fitball, el bosu o los balance discs. También son eficaces los ejercicios unipodales que nos obliguen a reeposicionarnos constantemente.

Si tu deseo es trabajar más específicamente la propiocepción puedes entrenar con ejercicios como el que te ofrecemos en el vídeo inferior. Recuerda siempre dedicar sesiones de trabajo paralelo a la propia competición para tener una forma física envidiable. Trabaja también la propiocepción para alejarte lo máximo del riesgo de lesión del que ningún deportista está exento.

Como cualquier otro tipo de entrenamiento, el propioceptivo debe cumplir con dos principios básicos del entrenamiento deportivo: la transferencia y la progresión.

Para lograr la primera deberás ejecutar movimientos que activen a las principales articulaciones que actúan en el pádel: hombro, rodilla y tobillo. Para conseguir la progresión sencillamente tendrás que empezar con situaciones más equilibradas para, poco a poco, ir disminuyendo la base de sustentación a ir incrementando la inestabilidad.

Puesto que los ejercicios de fortalecimiento general de pádel no implican grandes cantidades de peso, es una estupenda idea integrar la propiocepción en dichos movimientos. Por ejemplo si vas a ejecutar unas flexiones para trabajar el pectoral como ejercicio de empuje, prueba a realizarlas sobre un bosu inverso para darle un estímulo propioceptivo a articulaciones como el hombro o el codo. Mismo procedimiento para ejercicios como la sentadilla para el tren inferior.