Prevención para jugadores profesionales de pádel

En el caso de los jugadores que compiten o jugadores que juegan varias veces por semana, el caso que vamos a tratar en este artículo, como prevenir lesiones crónicas que influyen negativamente en nuestro cuerpo, el principal motivo es la condición asimétrica que hace que hagamos muchas repeticiones con los mismos músculos, por lo que…

Estudios recientes destacan que el pádel es la segunda disciplina deportiva que más se practica en España, detrás del fútbol. En realidad, tuvo unos inicios ligados a clases sociales altas, pero qué duda cabe de que se ha expandido ampliamente y, hoy en día, es una actividad física presente en todos los ámbitos, en la cual tienen gran relevancia una óptima preparación física y una correcta prevención de lesiones asociadas a tal práctica, que en algunos casos se pueden agravar y convertirse en lesiones crónicas.

Es el caso de los jugadores que compiten o jugadores que juegan varias veces por semana, el caso que vamos a tratar en este artículo, como prevenir lesiones crónicas que influyen negativamente en nuestro cuerpo, el principal motivo es la condición asimétrica que hace que hagamos muchas repeticiones con los mismos músculos, por lo que se producen descompensación, solamente previniendo este tipo de lesiones conseguiremos llegar al más alto rendimiento deportivo.

Prevención de lesiones típicas del pádel

Dada la condición asimétrica de esta práctica, puede acarrear lesiones de espalda, rodillas, caderas y demás articulaciones, por una serie de desequilibrios y descompensaciones entre los distintos grupos musculares. Es por ello que si se entrenan únicamente las áreas especificas que entran en juego en el pádel, el riesgo de lesiones y los desequilibrios físicos aumentarán considerablemente, influyendo negativamente en el rendimiento físico.

Estos desequilibrios y daños físicos surgen en los hombros (rotadores internos y externos), en el grupo muscular de la parte inferior de la espalda y en los tendones y músculos existentes en el pubis y las caderas (isquiotibiales, aductores, abdominales…), pudiendo culminar en lesiones de gravedad como pubalgia, lumbalgia, fractura en el manguito de los rotadores, tendinitis, etc.

El objetivo principal del sistema de preparación física en los jugadores de pádel de cualquier categoría y edad debe neutralizar estos desbalances físicos de fuerzas opuestas, ocasionadas por el carácter asimétrico de tal práctica, como se señala.

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Una adecuada tonificación que fortalezca todos los grupos musculares, haciendo hincapié en los músculos contra-laterales y antagonistas, que busque nivelar y equilibrar las fuerzas de contención y de choque, debe ser el punto de partida para una buena preparación física. Así pues, este trabajo previo será un complemento perfecto para alternar con otro entrenamiento más específico de las articulaciones y músculos que actúan en tal deporte.

Por todo ello, es contraproducente buscar los resultados a toda costa, ya que estos serán efímeros, a causa de los daños físicos que puede traer consigo un entrenamiento puramente específico. Por lo que resulta crucial un entrenamiento general, sin dejar de lado ningún grupo muscular.
Esto sentará las bases para que, a continuación, se efectúe una preparación especial y concreta para el pádel, consiguiendo así disminuir significativamente el riesgo de lesiones.

En definitiva, el deportista o, en su caso, el preparador físico de este debe tener constancia de cada consecuencia y beneficio que los ejercicios producen al jugador de pádel, ya sea para la prevención de posibles lesiones o para fortalecer y desarrollar la ejecución de los distintos golpeos. El entrenamiento también tiene que ir determinado según las características propias del deportista, poniendo especial énfasis en las carencias físicas que pueda tener.