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Ninguna actividad física está completamente exenta de sufrir lesiones relacionadas con la práctica deportiva, pero sí podemos intervenir positivamente con una preparación física adecuada para que ninguna lesión nos retire de nuestra actividad. Una de las lesiones más comunes en el jugador de pádel es la epicondilitis, también conocida como codo de tenista, y es que suele producirse normalmente en deportes de raqueta o pala. Para prevenir esta lesión lo mejor es conocer cómo se produce y qué debemos hacer para evitarla.
Epicondilitis lateral
Nuestros codos están compuestos por un conjunto de tendones, músculos, huesos y ligamentos que se articulan entre sí para realizar los movimientos de flexión y extensión, entre otros. Precisamente en el pádel es donde más se repiten estos movimientos de manera constante y ello puede provocar lesiones en el propio codo.
La epicondilitis lateral es una inflamación de las inserciones musculares en dicha zona, lo que provoca un dolor en la cara externa del codo durante y después de disputar una partida de pádel. ¿Cómo podemos detectar esta lesión en nuestra articulación? Prestando atención a si el dolor se produce con los siguientes movimientos:
- Supinación del antebrazo: girar la palma de la mano hacia arriba.
- Extensión de muñeca: con el brazo extendido, llevar la mano hacia arriba.
Consecuencias de la epicondilitis
Cualquier lesión interferirá negativamente en el desarrollo normal de nuestro juego de pádel pero un dolor constante en la zona del codo afectará a todos los golpeos que realicemos. La disminución funcional de la articulación se hará patente cuanto mayor sea el grado de la lesión, por lo que se requiere un cese temporal de la actividad hasta que notemos mejoría.
Pero no solo la articulación del codo se verá afectada si proseguimos con nuestro ritmo habitual de partidas sino que otras estructuras articulares podrían dañarse al compensar la falta de movilidad del codo. El hombro es una de ellas ya que la mayoría de golpes se completarían con la fuerza del mismo.
Tramiento de la epicondilitis para jugadores de pádel
Si ya sufres los síntomas característicos de la epicondilitis lo mejor es que dejes de jugar al pádel durante unas semanas hasta que tus sensaciones sean positivas, momento en el cuál podrás volver a disfrutar de este deporte de manera progresiva. Cuando notes dolor en la cara externa del codo debes colocar hielo de manera intermitente en dicha localización.
Si el dolor persiste a pesar del reposo deportivo no dudes en acudir a un fisioterapeuta para que te aplique el tratamiento oportuno y así sanar la zona afectada lo antes posible. Cuando el dolor sea muy intenso puedes tomar antiinflamatorios no esteroideos que ayuden a reducir la inflamación de la articulación.
Sin embargo la mejor estrategia es la preventiva. Una correcta preparación física nos hará alejarnos de esta y otras lesiones típicas del pádel. Realiza un buen calentamiento antes de las partidas, con una movilidad articular del codo y unos estiramientos de la musculatura del antebrazo. Si eres propenso a este tipo de dolor puedes colocarte una banda elástica específica para las articulaciones en la parte inferior del codo, esto hará que se reduzca la tensión y no se sobrecargue la zona afectada.
Por otro lado no te olvides de dedicar ejercicios específicos para esta patología pues es más común de lo que muchos jugadores piensan. Recuerda que, además de la fuerza, también se debe trabajar la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones más propensas a sufrir lesiones en nuestro deporte y que deberás blindar con una óptima preparación física.
