El entrenamiento funcional, la estrategia deportiva aplicada al pádel

Se ha demostrado con el tiempo que incluir el entrenamiento funcional en cualquier deporte, es más que necesario. Nosotros os contamos la visión en el pádel

El entrenamiento funcional se ha consolidado en los últimos años, tanto en el ámbito deportivo del alto rendimiento como en el fitness convencional, como una de las estrategias deportivas más eficaces en materia de prevención de lesiones. La literatura científica y las pruebas empíricas del día a día han confirmado la necesidad de incluir el entrenamiento funcional en las distintas modalidades deportivas, también en el caso del pádel.

Si esta metodología se emplea en el momento adecuado, con la frecuencia acertada, sus beneficios se notarán directamente en el rendimiento deportivo del jugador. Pero ojo, teniendo siempre en cuenta cómo realizar una buena práctica del entrenamiento inestable para evitar que peligre el rendimiento del jugador de pádel.

Demos un repaso por los 3 beneficios más importantes que nos aportará el entrenamiento funcional a nuestro juego sobre la pista y cómo desarrollar al máximo el potencial de cada una de estas virtudes mediante ejercicios y ejemplos prácticos.

Estabilidad

Una de las grandes utilidades del entrenamiento funcional podría definirse en una sola frase acuñada por el profesor M. Gutiérrez en 1998: “no hay habilidad distal sin estabilidad proximal”. Traducido al ámbito deportivo este precepto biomecánico quiere decir que de nada sirve el poseer una habilidad concreta si no existe una estructura estabilizadora que posibilite su ejecución. Veamos un ejemplo práctico de esta necesidad:

Deseamos realizar un smash o remate de potencia cuando hemos ganado la red. Si no nos encontramos en una posición estable y no estamos bien colocados en la pista es probable que hagamos un golpeo descontrolado que no vaya a donde deseamos, además de tener que recolocarnos rápidamente para la contestación del rival.

Sin embargo, si estamos bien estabilizados, imprimiremos la máxima potencia controlada posible y estaremos listos para devolverla de nuevo si el rival es capaz de golpearla.

En el pádel, por tanto, la estabilidad es sinónimo de habilidad y de éxito técnico. El entrenamiento funcional nos aporta a la perfección esta cualidad física ya que se trata de ejercicios globales donde no solo se implica a un conjunto de grupos musculares, sino también a aquellos estabilizadores que actúan en sinergia para ayudar a los músculos protagonistas en un determinado movimiento.

Un buen ejemplo de este tipo de trabajo son los ejercicios que se realizan con la pelota suiza o fitball, así como los bosus o cualquier otra superficie inestable. Mediante su utilización activaremos a la musculatura interna del core y a aquellos músculos que estabilizan las articulaciones más comprometidas, por ejemplo el hombro en el caso del pádel que suele ser un factor lesivo en la mayoría de jugadores. La propiocepción es otro de los objetivos comunes en este tipo de ejercicios.

Peso Corporal

Otra de las características que definen al entrenamiento funcional es la posibilidad de trabajar con el propio peso corporal. Esta propiedad hace que las ventajas se multipliquen por las consecuencias positivas que ello implica, sobre todo con materiales como el TRX. La primera es la capacidad de desarrollar un entrenamiento de fuerza sin un objetivo puramente de hipertrofia, que sería contraproducente para nuestro rendimiento deportivo ya que un exceso de masa muscular nos perjudicaría en tiempos de desplazamiento, agilidad, explosividad, etc.

Indirectamente, pero con estrecha relación, al trabajar el conjunto del cuerpo de manera global estaremos favoreciendo la movilización de grasas y la pérdida de peso si los ejercicios se plantean hacia tal fin. El TRX permite tanto movimientos destinados a la fuerza funcional como ejercicios dinámicos para la pérdida de peso y la tonificación de forma simultánea. Si transformamos esta grasa en músculo, tendremos una mejor forma física para desarrollar plenamente nuestro mejor juego.

Descompensaciones

El gran enemigo de los deportistas, y de la salud en aquellos que practican ejercicio físico sin supervisión profesional. El pádel es un deporte especialmente vulnerable para este tipo de descompensaciones en las distintas cadenas musculares que componen nuestro sistema, ya que utilizamos un segmento en mayor medida que el otro. Esto debe corregirse con ejercicios funcionales que involucren a los distintos grupos menos desarrollados. Estiramientos y fortalecimiento muscular en el lado débil de nuestro cuerpo son los mejores aliados para combatir desequilibrios que derivarían en lesiones importantes como las del pádel.

En definitiva, un buen entrenamiento siempre será sinónimo de estar preparados física y mentalmente para obtener un resultado de éxito en la pista.