No enconjas el brazo en un partido, se valiente

En la práctica del pádel se pueden dar situaciones tendentes al bloqueo mental, circunstancia que se conoce también popularmente como encoger el brazo. Sucede tanto en partidos de competición del circuito profesional como entre aficionados que se han acercado a este deporte básicamente para divertirse.

En la práctica del pádel se pueden dar situaciones tendentes al bloqueo mental, circunstancia que se conoce también popularmente como encoger el brazo. Sucede tanto en partidos de competición del circuito profesional como entre aficionados que se han acercado a este deporte básicamente para divertirse.

En este sentido, cabe señalar que este estado mental negativo se puede combatir. Durante un partido de pádel existen multitud de situaciones que pueden poner a los jugadores nerviosos. El problema empieza cuando no se desarrolla a gusto el juego particular o de la pareja. Inmediatamente, esta tensión se traduce en una racha negativa en el marcador. De hecho, el bloqueo mental se transmite con relativa facilitad entre jugadores.

El nerviosismo por los fallos cometidos acaba produciendo ansiedad. Esta ansiedad por volver a un nivel de juego normal y sumar puntos, en caso de no conseguirse los objetivos, degenerará finalmente en apatía. Se trata del citado encogimiento de brazo.

El jugador deja de atreverse no solo a intentar sacar su técnica depurada, sino también a llevar a cabo los golpes más sencillos que conoce. El resultado es un empobrecimiento de su juego, el cual se transmitirá rápidamente a su pareja e, incluso, a la partida en general. En resumen, el juego se tornará más aburrido y lleno de fallos, nuestra concentración en el partido bajará, estaremos más pendiente de tratar de no cometer errores. Los errores no forzados, en resumen, aumentarán la lentitud de la partida, ya que provocarán que los contendientes tengan que dedicarse más de lo necesario a recoger bolas del suelo para efectuar saques.

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Cuando se produce el bloqueo mental, se vicia por lo tanto el desarrollo de la partida. Existen además numerosos trances y lances que pueden repercutir en la generación de esta sensación: realización de la nevera, ralentización voluntaria del juego por parte de una pareja, etc.
No en vano, el pádel es un deporte que, aparte de los apartados físico y técnico-táctico, comprende la necesidad de una preparación mental adecuada. Jugar de una manera cerebral y calculadora, básicamente, confiere un salto de calidad, por ejemplo respecto a los jugadores del circuito amateur, cuyos niveles físico y técnico-táctico suelen ser bastante parejos.

Consejos para evitar encoger el brazo

En este aspecto, los profesionales recomiendan tener en cuenta una serie de consejos para evitar el bloqueo mental en el jugador.

  • En primer lugar, conviene compenetrarse a la perfección con el compañero, por lo que vale la pena compartir movimientos desde el calentamiento y mantener una comunicación constante y positiva con él, tanto durante los puntos como en los descansos.
  • Por otra parte, no resulta útil martirizarse tras fallar un punto, el análisis técnico no ha de durar más de dos segundos.
  • Lanzar bolas profundas al centro ayudará a recuperar la confianza, si se han producido fallos reiterativos.

En definitiva, son necesarios: entrenamiento, motivación, concentración, autocontrol y una actitud siempre optimista, encoger el brazo se podría comparar con la «pájara» en un ciclista, aunque queramos jugar mejor, hacer golpes ganadores, solo podremos devolver bolas hasta que se pase ese estado mental.