Desgarro muscular: qué es y cómo tratarlo

¿Qué es el desgarro muscular y cómo tratarlo? Con esta serie de medidas preventivas y ejercicios básicos podréis evitarlo, ¡a ejercitar esos músculos!

El pádel es un deporte donde nuestros músculos se ven sometidos a grandes esfuerzos, repetidos en el tiempo y con una explosividad que puede poner en riesgo a las estructuras músculo-esqueléticas que lo componen.

Además de las patologías más comunes en nuestro deporte, como el codo de tenista o las lesiones de hombro, también se detecta con cierta frecuencia el desgarro muscular, sobre todo en personas desentrenadas o en aquellos jugadores con mayor nivel.

En este artículo queremos mostrarte una descripción de esta lesión, los mecanismos por los que se produce y aquellas metodologías de entrenamiento más eficaces para prevenir y tratar el desgarro muscular.

La lesión

Aunque recibe diversos nombres, como rotura fibrilar o desgarro, se define como la rotura de las fibras musculares que componen un determinado músculo o grupo muscular, en concreto de los vasos sanguíneos que lo recorren.

Mecánicamente puede producirse por varios motivos, entre los que destacan el exceso de elongación muscular, una excesiva velocidad en la contracción del mismo o por un esfuerzo al que el músculo no está acostumbrado.

Si analizamos las características intrínsecas del pádel podemos determinar que la segunda causa, la de movimientos explosivos y veloces en cortos espacios, es la más frecuente.

Fernando Belasteguin realizando saltos durante el WPT 2017

Grado de la lesión

El grado de la lesión también depende de numerosos factores. Uno de ellos es la longitud de la rotura: si son pocos centímetros suele describirse como microrotura fibrilar, y si afecta a varios centímetros e incluso a un grupo muscular completo se conoce comúnmente como desgarro muscular.

El tiempo de rehabilitación también sirve para clasificar el grado de rotura:

  • Grado 1: de ocho a diez días.
  • Grado 2: entre tres y cuatro semanas.
  • Grado 3: de uno a tres meses.

Pero realmente, ¿cuáles son los músculos que más tendencia tienen a sufrir una rotura fibrilar o desgarro? Para ello debemos analizar, de nuevo, las características de nuestro deporte.

Músculos afectados

En primer lugar encontramos a los isquiotibiales, que suelen sufrir lesiones de este tipo por una falta de elongación y por un desequilibrio muscular excéntrico entre el cuádriceps y el mismo.

Por otro lado, aunque no tan frecuente, encontramos la rotura fibrilar del gemelo o gastrocnemio, también conocido como “pedrada”.

Es más común en corredores aunque en jugadores de pádel también suele darse por los mismos motivos, especialmente por no dedicar sesiones específicas a trabajar la flexibilidad de esta musculatura tan utilizada en las arrancadas, saltos, etc.

Por último el desgarro del manguito rotador, un músculo que utilizamos constantemente en el pádel cuando ejecutamos golpeos potentes, explosivos y con un peso extra de la pala. Son tres grupos musculares a los que dedicar especial atención en nuestra preparación física.

Tratamiento y prevención del desgarro muscular

Precisamente el entrenamiento físico es el mejor aliado tanto para la readaptación deportiva, y la vuelta a las pistas tras sufrir esta lesión, como para la prevención de la misma.

En el ámbito de la rehabilitación los fisioterapeutas aconsejan seguir varios pasos, a nivel general, tras la lesión:

  • Aplicación de frío en la zona afectada
  • Masaje drenante aplicado por un especialista
  • Emplastos como la arcilla roja
  •  Vendaje neuromuscular posterior
  • Reposo
  • Por último una movilización pasiva suave antes de entrar en una fase de recuperación activa (esta última debe ser progresiva a modo de readaptación)

En nuestra rutina diaria enfocada a la preparación específica para pádel debemos incluir ejercicios destinados a la prevención de lesiones, entre las que se encuentra la rotura fibrilar.

Antes de nada cabe remarcar la importancia de un buen calentamiento que logre activar al músculo y poner en marcha los mecanismos necesarios para una contracción muscular eficaz: estiramientos dinámicos, movilidad articular, activación cardio-respiratoria

Tipos de entrenamiento para evitar el desgarro muscular

En los entrenamientos destinados a la fuerza muscular debemos incluir ejercicios donde se alargue la fase excéntrica del movimiento, esto es que la fase a favor de la gravedad debe durar más que la fase contraria a la misma.

Ejemplificando este concepto podemos analizar una simple sentadilla: la fase concéntrica (en contra de la gravedad) sería cuando subimos, mientras que la fase excéntrica (a favor de la gravedad) comprendería el movimiento que realizamos cuando bajamos para frenar la caída.

Ejercicio de sentadillas

Por otro lado se ha demostrado que los ejercicios de cadena cinética cerrada son más eficaces en materia de prevención de lesiones, especialmente en grupos musculares como los isquiotibiales.

¿Qué son este tipo de ejercicios? Aquellos donde el segmento distal que trabaja (el más alejado) permanece fijo. Sigamos con el mismo ejemplo anterior: un ejercicio de cadena cinética cerrada sería la sentadilla, donde el pie (segmento más alejado del grupo muscular que trabaja) permanece fijo.

Si queremos transformar este ejercicio es una cadena cinética abierta debemos realizar el clásico “leg extension” en la máquina de extensión de rodilla, donde el pie (segmento más alejado) puede moverse libremente por el espacio.

Ejercicio de leg extension

El primer tipo de ejercicios, de cadena cinética cerrada, nos ayudará ampliamente a evitar desgarros musculares. ¡No dejes de practicarlos!