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El deporte es sin duda una de las mejores opciones para desconectar de un duro día de trabajo o de cualquier aspecto relevante que exista fuera de la pista. Pero también puede convertirse en un arma de doble filo si no sabemos gestionar todas las emociones y las imprimimos durante un partido, en el caso de que sean negativas. Todos tenemos días buenos y no tan buenos, pero la experiencia deportiva nos debe dar la capacidad de discernir entre deporte y el resto de problemas comunes en la vida diaria. Te contamos cómo pueden afectar estos pensamientos negativos o desánimos a tu rendimiento y cómo puedes evitarlos gracias al magnífico deporte del pádel.
Falta de motivación
En sí no podríamos clasificarla como una conducta antideportiva en cuanto al reglamento se refiere, pero sí en aquello que tiene que ver con los valores deportivos y el carácter lúdico del deporte. Nunca olvides dicha obviedad: se trata de eso, un simple deporte. Y es aconsejable que, cuando entres a una pista, lo hagas como “terapia” ante esos días no tan buenos, como forma de desconexión durante unos minutos.
De lo contrario ningún entrenamiento previo tendrá sentido y de nada sirve pagar esta falta de motivación con tu pareja de pádel. Intenta convertir la frustración de un día para olvidar en la lucha técnica dentro de la pista, donde demostrarte que eres un estupendo jugador y que sabes aprovechar esos minutos para recargar pilas de cara al próximo día.
Comunicación
Ya sabrás que existen dos tipos de forma de comunicación, también en el pádel: la verbal y la no verbal (gestual). La primera forma dependerá del tipo de persona o pareja de pádel que forméis. Si no compartís vuestros problemas, es un buen momento para adquirir dicha confianza. Si de lo contrario ya la tenéis, aprovecha el momento para despejarte comentando el día horrible que has llevado. Siempre de una manera positiva y constructiva el comunicarse con la pareja de pádel, ya que de lo contrario sumarás un problema más a tu jornada.
La segunda forma de expresión, la no verbal, hace referencia a los gestos que realizamos durante un partido e incluso en los descansos. Pequeños gestos , por parte de ambos, como ofrecer un trago de agua, una palmada o un “bien jugado”, será una estupenda forma de revertir la situación y salir con un buen sabor de boca de la pista sin decir apenas una palabra.
Respeto
Como se ha dicho anteriormente, no olvides que el deporte es una forma de despejar la mente pero no debe convertirse en un medio para volcar todas tus emociones negativas, más bien todo lo contrario. El respeto debe prevalecer por encima de cualquier fin ya que en el caso opuesto no tendrá sentido el desarrollo del mismo. Desde Zona de Padel, opinamos que debes tener respeto por el rival pero, ante todo, tener respeto por ti y por tu compañero tanto dentro como fuera de la pista.
