Al pádel se gana con paciencia y buenas prácticas

En este artículo aprendemos a apreciar que la paciencia, es uno de los factores clave para ganar en pádel. Mejoraremos practicando y siendo constantes

Táctica, técnica, preparación física, partidos… Son solo algunos conceptos que se engloban dentro del «como jugar al padel» bien y que adquieren una gran cantidad de importancia tanto en niveles iniciales como cuando llevamos un cierto recorrido en este deporte. Sin embargo apenas prestamos atención al entrenamiento psicológico durante las sesiones de preparación e, incluso, durante los partidos.

Nuestra mente debe trabajarse punto tras punto, avanzando hacia un estado de control absoluto de tu cabeza. En este sentido destaca la paciencia como uno de los recursos más útiles que podemos adquirir como jugadores. Saber esperar y, sobre todo, persistir, será nuestro mejor aliado de cara al final del encuentro o del torneo.

La paciencia es clave para ganar al pádel

La paciencia es una capacidad de sufrir y tolerar adversidades con mucha fortaleza y las personas que son pacientes, pasan por el camino de conseguir un objetivo de manera calmada y tranquila. Tener paciencia es muy importante y en el pádel, es uno de los factores clave para poder conseguir lo que nos proponemos sin perder los estribos y llegando a controlar la situación como comentábamos.

Qué debemos evitar en pádel

Las prisas no son buenas. Sobre todo en deportes donde el componente psicológico adquiere un gran porcentaje de importancia respecto a la victoria. La precipitación es uno de los hábitos que debemos erradicar sobre la pista ya que el pádel se caracteriza por un exhaustivo análisis previo del rival, que debe ser automatizado, y que en ningún caso puede ser favorecido por precipitarnos. Debemos estar completamente seguros de realizar un remate o una cuchilla a lo Paquito Navarro antes de ejecutar el golpeo, de lo contrario nuestro rival se aprovechará de la imprecisión para acorralarnos durante todo el punto.

El equilibrio entre arriesgar y ser conservador es el mejor de los recursos como jugadores de pádel. Tenemos que evitar a toda costa arriesgar cuando la situación del partido no es favorable, sobre todo porque si perdemos tras arriesgar un punto decisivo, será muy difícil volver a remontar el ánimo y la ofensiva. La valoración previa será la encargada de avisarte si debes arriesgar o no, pero la mayoría de ocasiones no requieren de una jugada maestra.

Desesperación, desánimo, dejadez o dar el partido por perdido son frases que debes borrar de tu vocabulario, al menos cuando estés sobre la pista. El pádel es un deporte en el que es relativamente sencillo remontar, solamente con un golpe de efecto psicológico frente al rival que os dé alas en la ofensiva y desquicie a los contrarios en la defensa, por mucho que el marcador esté a su favor.

Qué debemos potenciar en pádel

El calentamiento es un momento idóneo para empezar a trabajar este concepto. Visualiza tus puntos fuertes y analiza los puntos débiles del rival. Gracias a la paciencia puedes y debes construir los puntos llevando al contrario hacia donde querías, para finalmente rematar y que el punto suba a vuestro marcador. Si todo no sucede como habíais esperado, cambiad de estrategia y no os deis por vencidos en ningún momento. Antes o después encontraréis el hueco para desequilibrar a los rivales.

La eficiencia que debemos plasmar en cada jugada puede venir gracias a la paciencia que mantengamos sobre la pista. En este sentido los globos pueden ser vuestro mejor aliado ya que con ellos solidificarás la defensa y te permitirá recuperar la red de una manera segura. Tras asegurar dicha zona, ya puedes atacar. Por otro lado la paciencia no es, ni mucho menos, sinónimo de relajación. Tensión sí, pero no por nervios. La tensión te ayudará a llegar a bolas lejanas o difíciles de devolver. Pero tu cabeza debe estar en todo momento concentrada y lejos de arriesgar innecesariamente.