Una de las virtudes que debemos adoptar a medida que avanzamos de nivel en el juego del pádel es la toma de decisiones. Fundamental en cualquier disciplina deportiva pero más aún en actividades como el pádel. Para ejercer una correcta toma de decisiones durante el transcurso del juego es necesario aprender pautas básicas que aplicar según la situación que se está dando en la pista. Hoy te enseñamos la táctica del semáforo, un sencillo truco que te ayudará a saber si debes atacar o defender, según tu posición en la pista y la altura de la bola. ¿Y por qué se le llama táctica del semáforo? Porque es una técnica que se divide en tres colores: rojo, ámbar y verde.
En función de la zona en la que te encuentres, realizarás golpes de ataque o golpes de defensa. En definitiva es la toma de decisión de qué tipo de golpeo realizar para conseguir minimizar al máximo los posibles errores. Debemos tener en cuenta que si estamos en la zona roja, tendremos que ejecutar golpes más seguros y defensivos. Si nos situamos en la zona ámbar, dependerá de cómo estemos nosotros mismos situados y la situación de la bola y si estamos en la zona verde, podremos realizar golpeos más agresivos y ofensivos ya que la probabilidad del acierto es asegurada. Este tipo de táctica se utilizará en dos tipos de situaciones distintas, si estamos en el fondo de la pista y si estamos en la red a punto de ejecutar una volea. Vamos a verlas con detenimiento:
Fondo de la pista
Si estamos en el fondo de la pista, en la zona roja pegada a la pared de fondo y es el área «de peligro», el jugador defensor tendrá que golpear un golpe defensivo como comentábamos anteriormente, por ejemplo, un buen globo que haga que ganemos tiempo y podamos retomar una buena posición de defensa. Si por el contrario estamos situados en la zona ámbar o amarilla, el jugador estará golpeando en su posición de defensa y se guiará por la altura de la bola que en adelante explicaremos con más detalle.
Guiándose por la altura de la pelota, podrá realizar un tiro defensivo o un tiro agresivo que sorprenda al contrincante de hecho, una bajada de pared más agresiva sería perfecta. Por último, si estamos en la zona verde, ejecutaremos un tiro agresivo para que podamos iniciar un contragolpe o bien para ganar la red. Golpeos agresivos como la derecha asesina y la chiquita (que tiende más al control) tendremos grandes posibilidades de acertar puesto que estamos en una zona cómoda y segura.
Cercanía a la red
La principal estrategia de colocación que se aprende en el pádel es sencilla: el que está más cerca de la red es el que lleva la iniciativa del punto y, por tanto, es el que ataca. La pareja contraria deberá defender estas ofensivas desde la pared de fondo, intentando en todo momento recuperar la red mediante globos y distintos golpeos defensivos. Si has aprendido este primer paso, la táctica del semáforo te ayudará a discernir entre cuándo debes atacar y cuándo defender. Imaginemos un semáforo sobre la pista, situado desde la red hasta la pared de fondo en nuestro lado de la misma.
Zona verde, cerca de la red
El primer tercio de pista, el más cercano a la red, siempre será de color verde: esto quiere decir que cualquier movimiento ofensivo será válido cuando se realice en esta zona. Es el lugar ideal y más seguro por así decirlo. Así que si estamos en la zona verde, jugaremos para forzar un error al rival. Mientras la velocidad de la bola sea para nosotros manejable, no habrá ningún problema pero a medida que la velocidad de la pelota aumente, la dificultad también lo hará por lo que tendremos menos tiempo para reaccionar y deberemos responder de manera rápida y eficaz. Si la bola es alta y no es muy veloz, podemos jugar una volea de derecha agresiva paralela. Si la pelota nos viene fuerte, la única opción que tenemos es la de realizar un bloqueo con la pala firme delante de nuestro cuerpo.
Zona ámbar, a la mitad de la red
El segundo tercio, localizado entre la pared de fondo y la red, pertenece al color ámbar y puede también denominarse como punto intermedio. Como bien indica este tono hay que relacionarlo con la precaución a pesar de que no resulte de gran dificultad para el padelista. Relacionándolo con el pádel podemos decir que en esta zona si se ataca se debe hacer con la máxima atención posible. No es una zona de tiro peligrosa pero tampoco es tan fácil como para jugar de manera agresiva. Cualquier error podría hacernos perder el punto ya que no es una zona demasiado cómoda para el ataque.
Hay que incrementar el ritmo de la pelota pero sin correr grandes riesgos. Aquí es donde podremos preparar el punto abriendo huecos en la defensa con pelotas neutras. Conseguirás provocar que el jugador defensor tenga que golpear de una manera incómoda desde la zona roja. Podemos volear al centro para así tener más probabilidades de sacarle de su posición y así conseguir un vacío en la defensa. Lo importante en la estrategia de esta zona es la de no dejar que la bola rebote en la pared de fondo porque así evitaremos un posible contragolpe.
Zona roja, en la pared de fondo
El último tercio, el que está más cercano a nuestra pared de fondo, es el que debemos tener como prohibido atacar porque tenemos la dificultad de que la bola al estar muy baja respecto a nosotros y a la red, va a ser muy complicado salvarla. Es una zona exclusivamente de defensa, salvo casos excepcionales. Debemos respetarla como tal para no caer en errores de principiantes y jugaremos con bastante precisión para evitar que el rival lo tenga fácil.
En este caso, puede que se nos presenten dos tipos de situaciones. Por un lado, puede que el rival juegue con la bola baja sobre el medio pero quedándose en su posición de defensa sin que suba a contragolpearnos. Nuestra alternativa sería la de volear hacia el centro de la pista ganando tiempo y así poder incorporarnos sin problemas. Si recibimos la bola pero con distinto ángulo por ejemplo dirigiéndose hacia las puertas, tendremos que intentar el mismo tiro sobre el centro y si tenemos la bola demasiado baja, habrá que jugar la bola hacia la malla del otro lado.
El problema viene cuando tratamos de ejecutar este tipo de tiro que resulta desaconsejable por no ser fácil de ejecutar y por no mantener al rival en el fondo de la pista. La otra situación que puede darse es la de que nuestro rival suba detrás de la bola a robarnos la red por lo que en este caso, lo mejor es devolverle la pelota baja sobre el centro o incluso sobre sus pies. Es un movimiento complicado por lo que si no puedes, lo mejor es que hagas un globo bien o tras dejar botar la pelota en el suelo.
Altura de la pelota
Este criterio nos hará discernir entre un golpe de ataque o defensa y es la altura de la pelota en nuestro cuerpo. Respecto a este criterio, y en consonancia con los anteriores, debes dividir a tu cuerpo en tres zonas: una situada desde los pies hasta la cadera, otra desde la cadera hasta los hombros y otra de los hombros hacia arriba. Veamos con qué color relacionamos estas tres partes. La zona más baja, aquella que se encuentra desde nuestros pies hasta la cadera (que coincide normalmente con la altura de la red) debe ser de color rojo en nuestro semáforo imaginario.
Esto quiere decir que bajo ningún concepto podemos atacar si la bola se encuentra a esa altura. La zona media corresponde a un color ámbar, el cual quiere decir que podemos atacar con una volea media con mucha precaución. Siempre primando más el control sobre la potencia ya que deberemos colocar la bola allá donde queramos. La zona más alejada de nuestros pies, es decir, de los hombros para arriba, indica y aconseja que debemos atacar la bola. Si coinciden los dos verdes (estamos en la red y nos encontramos ante una bola de elevada altura) y realizas la técnica correcta, tus probabilidades de ganar el punto son muy altas.